Veintitrés años te debo,
y desearte ya no puedo,
he de perder este juego,
destrozado sin remedio.
inventaré una falsa historia,
convencer a mi memoria,
que fuiste a un largo turno,
volando hacia Saturno.
Sepa usted al no tenerte,
quiero verla volar con suerte,
planear al verdadero amor,
sin escalas ni perdón.
Estaré entre quimeras,
soñando primaveras,
imaginando que me quieras,
con el alma prisionera.
¿En qué estarás mi reina?
tu voz aún me asedia
¿Dónde posarán tus perlas?
sufro aún sin poder verlas.
¿Que sucede mi reina?
que a mi corazón no entras,
extraño tus pestañas negras,
Mary, tu nombre aún me alegra.