Lucy Quaglia
Otro desde Boston
Mientras la luna se acuna
y el sol la lleva a jugar,
nada queda en mi cabeza,
solo la luna y el mar
con voces de terciopelo
que lloran en mi cantar
de corazón contraído
cerca la playa y el mar.
Estoy cantando bajito,
nadie me puede escuchar
esas canciones de antaño
que recuerdo con amor,
porque las canto sin miedo
para que me escuches vos.
Estoy silbando sin prisa,
vivo entre el aire y el cielo
sin saber a dónde voy
y me derrito en tus brazos
si te delcaro mi amor.
Años que ya se me fueron
y no me quieren volver,
paso por el mar y el viento
del sol del amanecer.
El sol, la luna y el mar
cantan canciones de cuna
que no quiero repetir
porque no supe quererte
cuando sabía vivir.