En un país sumido en sombras de traición,
los corruptos políticos sembraron la desolación.
Con mentiras y engaños, el poder corrompieron,
y al pueblo engañaron, mientras sus sueños robaron.
La corrupción se extendió como plaga voraz,
devorando la esperanza en un festín rapaz.
Los bolsillos se llenaron, la moral se perdió,
mientras la patria lloraba, su futuro se hundió.
Los corruptos se enriquecen a costa del dolor,
ignorando el clamor del pueblo con fervor.
La justicia se esconde, la impunidad reina,
mientras la democracia se desangra en la pelea.
Pero el pueblo despierta, con fuerza y valor,
decidido a luchar por un cambio de esplendor.
En cada voz que se alza, en cada paso firme,
se gesta la esperanza de un país que resurja y brille.
Que la luz de la verdad disipe la oscuridad,
que la honestidad y la justicia guíen la realidad.
Que los corruptos tiemblen ante la fuerza del pueblo,
porque juntos, unidos, construiremos un nuevo anhelo.