El vigor impulsivo de la pasión
se eleva y se inmortaliza,
el fuego en la sangre se intensifica;
su calor se encendió hace mucho tiempo.
La noche habita en mi alma
y fluyo con ella tras el día oscurecer;
en la solemne calma del silencio,
una estrella puede ser libre de soñar.
Una fuerza constante anuncia su travesía
y en lo profundo de mí se inicia un renacer.
Nadie puede doblegar mi voluntad,
nada va a cambiar.
No hay vuelta atrás,
la canción ha sido pronunciada;
en la hora azul con la visión de Venus,
surgió La Estrella de la Tarde.