Lejos van los meses, los minutos, las horas.
Lejos va un niño que solo aspira a crecer y caminar.
Lejos el dolor, agarra su propia ropa.
Y hace nudos que nacen de gargantas cortas.
Lejos y en lo incierto, un madrigal teje sueños.
Porque en sus alas hallo gracia al amar.
Lejos, en una tormenta, miré sus ojos.
Aunque venía de muchas veces llorar...
Lejos de lo actual y moderno, me roba un suspiro.
Los pétalos de las rosas que te quiero dar.
Lejos de mi casa está mi gente y esas sonrisas que hacían al café hablar.
Lejos de la opulencia, en las calles de mi infancia.
Se extrañan los cumpleaños y las tortas.
Lejos de la fe nunca podré estar porque su receta es parada diaria en mi andar.
Lejos de morir porque acabo de echar mi canoa al mar.
Y en sus mares me voy a bañar de su benignidad...
A.C.S