L666_D18

Opcional

Ahora soy el perdedor,
ahora soy quien dice adiós.
Irónicamente fui el primero en saludarte
y el último en irme;
he tardado, no quise
de la nada a la nada salirme.

He sido como monedas de cambio en la mano,
solo cambio,
más que queja, es mi pesar,
considerado un proyecto a medias,
dejado, otra vez decepcionado.
Otra interpretación de amores cargados del pasado
que queda en mi recuerdo marcado,
la conciencia pesa y sin culpa,
qué dolencia tan crónica.

Sinceramente ya no deseo ser amado,
ya no quiero que me amen,
ya tuve suficiente,
si eso fue amor,
si esto que he probado es el amor.
No quiero ser pensado,
ya no deseo ser tocado por asquerosos contactos humanos,
no quiero ser mirado a los ojos
y ser nombrado por labios de abandono
que dejan a todo mi ser ignorado.

Es otra escena de teatro mal llevada,
esperaba mucho esta vez,
al menos por el tiempo y esperanzas dadas mutuamente,
sobre todo eso, aunque trate de minimizarlo con cotidianidad,
disimular que no dolió en mi ego y corazón,
añicos he quedado, maldita sea,
mierda me has destrozado,
cuánto tiempo no habré estado enredado en hilos de engaño,
todo mentira, tú, yo, nosotros,
todo una gran infecta mentira.

Otra ilusión, otro dolor,
promesas rotas,
respetos negados como las respuestas de la razón.
Intento ser buen perdedor,
aunque maldito el desgraciado,
hierve mi sangre a altos grados,
mórbido retraso, ladrón, impostor,
maldito, maldito me quitaste años de amor trabajado,
te llevaste todo su físico hasta la esencia
y todo su amor platónico de mi conciencia.