El Corbán

MUSA IDA

Hoy la pluma yace muda, sin canción,

Ni susurros que el alma pueda oír,

Es un día en que mi fuego se ha apagado,

Y la musa ha decidido no venir.

 

En el cielo gris de mi melancolía,

Las estrellas se han ocultado, sin luz,

Mi corazón suspira en la penumbra fría,

Anhelando el brillo que un día lo sedujo.

 

Más, quizás mañana, en un aliento nuevo,

Vuelva la chispa, en un destello breve,

Y la tinta fluya con fervor sincero,

Renaciendo versos que el alma eleve.

 

Pero hoy, al irse mi musa querida,

También mi alma se ha ido en su andar,

Dejando un vacío en mi pecho herido,

Que solo mis susurros podrán llenar.