He vivido analizando de los otros, sus penas.
Es esa, la escena dramática, donde yo laboro.
Es difícil, aceptar de qué forma te condenas.
A muchos nos cuesta vivir la vida con decoro.
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No sé quién inventó la frase: Tú eres culpable.
Sin embargo, sí nos fallamos, culpamos a otro.
En los apuros de las culpas, cuesta ser amable.
En esos líos, es fácil decir: Ellos, que Nosotros.
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Qué lío tan cruel, es querer escapar de la culpa.
Creo que de ello, se creó el ritual de confesión.
Es una manera, muy privada, de pedir disculpa.
No hay duda que, mentirles a otros, es traición.
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¡Cierto es que, crecer con valores, nos fortalece.
Ello alude a qué, cada uno, reciba lo que merece!