La noche nos sorprendió
alumbrada por la luna,
sabía que estaba a oscuras
y aún así, iluminó
quiso vernos enlazados,
no se pudo contener
la noche, quiso saber
el porque del ocultarnos.
No lo podía entender
y alumbró con luz de luna,
quiso la noche ver
el amor en forma pura
y nos quiso sorprender.
Y la noche, nos miraba
y la luna, fue testigo
dos amantes que se aman,
con amor entre penumbra
fue la noche, así lo quiso.
Que la brisa acariciaba
nuestros cuerpos encendidos,
y los besos, los gemidos
en la noche se escuchaban
que el compás de los latidos,
el silencio lo quebraban
y las estrellas miraban
desde el cielo oscurecido.
Fue la noche, la culpable
ella fue quien se lo dijo,
y el cielo mirarnos quiso
mientras tu y yo nos amamos.
Y la brisa nos hablaba
nos decía que cuidado,
que la noche nos miraba
y nos miraban los astros,
pero no sabe la brisa
que nada de eso ha importado
porque dos cuando se aman,
se aman despreocupados.
Y la noche se dio cuenta
y la luna se marchó,
se durmieron las estrellas
y la brisa se acabó
y aún así, solos tu y yo
pasamos la noche entera,
hasta al fin, que amaneció.
El sol, nos sorprendió
con los cuerpos enlazados,
y nos mandó su calor
y aún así, continuamos
disfrutando del amor.
Porque el amor no se acaba
ni nadie puede pararlo,
dos amantes que se aman
no los vence ni el ocaso,
ni el nacer de la mañana.
Y la noche lo entendió
de pronto, fue mas sabia
a las estrellas explicó,
y también le dijo al sol
que de noche se marcharan,
dos amantes con su amor
son solo dos que se aman
y a oscuras, están mejor.