Juan Sebastian Mena

Pan y vino

De redes vacías quiero recoger el orgullo de tu cabello despeinado, el vocabulario de tu boca, quiero sostener tu cintura como una estatua roja, quiero morderte los ojos como dos grandes panes en un cesto.  
 
Dame la fragancia de tu cuerpo, el estrecho mar que paseas debajo de tus tiernas piernas, quiero morir en tu vestido, en tu labial rojo, quiero el contorno de tu alma desdichada, seguir tus pasos hasta caer en lo gris de las pasiones terrestres.
Déjame respirar sobre tu cabello, no quiero resistirme a besarte cuando el invierno enojado me moje los labios, no quiero perder el sabor de tu amor, no quiero dormir sin estar contigo compartiendo la felicidad de una sonrisa.
 
Dame pan, vino, luz, para los que no conocen el amor, enseñarles que es lo que amo y adoro y añoro cuando me visita la nostalgia en las tristes noches sin salida.
Dame el minuto pasajero de tu alma, tus pechos fatigados de la luz y el placer, déjame acariciar tu alma como una huella dactilar.
Déjame ser y no ser, déjame vivir en tu alcoba, solo quiero estar pasando mis días contigo, contarlos con mis dedos si me alcanzan, y si no me alcanzan escribirte más y más sobre cuanto te deseo, mi amor.  
 
Dame solo la libertad, déjame amarte sin estigmas ni tiempo, deja amarme como solo un estúpido como yo te amaría, déjame darte el amor que crees que mereces, déjame darte mis escritos y mis hojas llenas de sentir.