LAS MADRES SON…
Espíritus del mundo, diademas de la vida,
incienso del espacio y el alma consentida,
banderas sempiternas, murallas del amor...
Costillas del silencio y el ancho firmamento,
ejemplos persistentes del padre Mandamiento,
constancia y resiliencia, del cielo, lo mejor...
Las madres son estrellas que guían el camino,
las madres son diamantes de todo lo divino,
la insignia transparente con nombres de mujer;
pues ellas nos protegen con mágica dulzura
a prueba de tormentos nos cuidan con ternura,
las madres son luceros, la paz de todo ser...
Las madres son del mundo brillantes compañeras,
valientes, primorosas, sublimes y guerreras,
la luna fluorescente, la espada del edén.
Las madres son portentos, pasión y compromiso,
la sangre del mesías, la vid del paraíso,
el arca de la alianza grabadas en la sien.
Las madres son canciones, lindas y esencia clara,
linaje victorioso de aquella bella Sara,
campánulas del alma y ungidas celestial...
las madres son jardines de bellos pensamientos,
la tierra perfumada que carga los cimientos
y el libro inmarcesible del trono de cristal.
Las madres son querubes, la magia tan latente,
la prímula constante, la voz grandilocuente,
la nube empedernida que vuela sobre Sión.
Las madres son el arpa, las musas soberanas,
los trinos que retocan las fúlgidas campanas
y el eco trepidante de un noble corazón.
Las madres son poemas de ritmos cadenciosos,
el iris del Dios bueno, los cantos más hermosos,
la vibra inmensurable de ver y avanzar...
las madres son rosales, amigas asequibles,
el coro irrefrenable con fuerzas invencibles,
las madres son antorchas del mundo singular.
Las madres son las perlas en lucha y bizarría,
también, lapislázuli de afecto y armonía;
son bellos peridotos, muy dulces como miel.
Sus manos laboriosas cultivan estandarte
y lidian sin medida por todo el bello arte,
las madres son afecto, María e Isabel.
Las madres son cariño, cuan bellas como Eva
cargando nueve meses el fruto que renueva
la vívida paciencia de amar y de vivir…
sus brazos acarician y brindan tierno afecto
así, como Rebeca siguió el rumbo perfecto
dejando para siempre la herencia al porvenir.
Las madres son carismas, las gemas más valiosas,
la gnosis de la vida vertida en muchas cosas,
el pródigo camino, silente, acá entre nos…
las madres son penachos clamando por valores,
el numen de tesoros, amor de los amores,
¡hosanna, oh, dulces madres, cantad con gozo a Dios!
Samuel Dixon