Lourdes Aguilar

PRECIOSA

Ciego y sordo mi existencia pasaba

ciego y sordo a la belleza, al amor

desconfiado y apático así transcurría

en caos sin rumbo mi pecaminoso andar

la melancolía profunda en mi se arraigó

y el desencanto siempre presente 

en profundos surcos de pena horadó

 

Hasta te acercaste por fin, irreal y oportuna

sonriente, preciosa y grácil como hada de abril

alucinación o espejismo magnífico, eso  pensé

como ante la fuente, agotado y sediento me vi

arrebolada promesa como nube de ocaso

arrebolada y gentil me insuflaste aliento

cayó tu risa  como fresco aguacero

en mi cayó y abonó tu dulce mirar

en mi cayó y abonó tu fe al hablar

 

De tal armonía y dulzura cautivado quedé

del calor de tu cuerpo, de tus gestos y más

en mis labios los tuyos a la dicha transportan

al jardín de las Hespérides me siento llegar

consentido y mimado entre oros y musas

sin indagar mi pasado, mi origen ni más

de terciopelo y encaje la virtud te reviste

estrellas y perlas coronan tu frente serena

Preciosa y sutil como ondina en el  mar

 

De tus manos siempre abiertas a mi

de tus manos como ramos fragantes

ramos delicados de azucena o jazmín

que hasta esas flores tan lindas opacas

pues tu néctar mana y nunca se agota

ni tus atributos los días marchitan

preciosa eres y por siempre serás