Salmo Interior ***
Bienaventurado él ser
Que rebana las orillas
De sus costras ennegrecidas
Por la sal de su veneno.
Bienaventurado al reconocer
Su falta
Su miedo
Y su pecado.
Bienaventurado el hombre
Que transita sin testigos
El largo camino de Santiago
Para regresar renovado,
A su propio destino.
Aquel que acepta y agradece
Las mil penitencias necesarias,
Para salir avante, en las
Ofensas impartidas.
Bien aventurado aquel
Que se detiene a examinar
Su interior en calma,
Y en su corazón hay esperanza.
Bien aventurado él
Que se gradúa en creer;
En la bienaventuranza suya.
Bienaventurado el ser
Que logra lo logrado,
Y se exhorta complacido.
Pabby /2024