Tyr

Tal

La herencia de tu carne se reproduce a la misma velocidad en la que todas tus muertes te enfrentaron, corromper el recuerdo con ignorancia y el ego con indiferencia es un trabajo fácil, que solo consta de ir hacia adelante en el tiempo, la sola idea del fin te provoca sueño, aunque a tu mente le parezca horrible el desvelo, tu alma ya se acostumbro a aquellas viejas y horrendas realidades en las que el dolor de la carne aumentaban el sueño y el color de los sueños se teñía de cierta desesperanza inútil y larga.

 

La costumbre de morir en vida es un pan que pudiste compartir con pocos, hoy día tus preguntas ausentan tu mirada y la vista se tiñe de la típica nada de la que los incautos suponen estas hecho, ignorar tu belleza es fácil cuando has sido horrendo frente a tus propios ojos, ya tu humanidad ha dejado de engañarte y el suave sufrimiento de la locura te ha despertado, sea porque sos pequeño frente a tus lamentados sentidos, que a medida aumentan, hacen crecer tu dolor, un color de nada que supone la idea de sufrir sin motivo y creer que ser como vos es ser feliz, maldito narcisismo en el que crece tu alma, condenada a la vida unipersonal y la soledad sociega.