En el rincón oscuro del alma, donde las penas se esconden,
donde los acordes se entrelazan, y crean oscuras ilusiones
la música de blues susurra su historia, de dolor y desmanes.
Como una rosa roja en el corazón, floreciendo entre lamentos
la guitarra y la armónica se unen con sus gemidos y llantos.
Las notas fluyen como ríos de color carmesí, susurrando secretos de antaño,
y en cada compás, la esperanza se alza, el deseo de libertad, se enaltece,
Las cuerdas lloran con triste melancolía, los pianos suspiran con anhelo.
Y el blues se convierte en un bálsamo,
sanando heridas, aliviando penas.
Mientras la rosa roja florece en el alma,
símbolo de fuerza y libertad.
Así, en la penumbra de la noche, único escenario,
donde las estrellas brillan como diamantes, y la luna es el único foco,
la música de un blues nos abraza, y los ojos verdes de esperanza
nunca se apagan soñando con fe
con un futuro más luminoso.
Gonci 02/06/2024