Cicatrices del adiós
Entre brumas del ayer, un beso, el primero,
flor marchita en el altar del desconsuelo.
Ignoraba que era el último, fugaz lucero,
y lo malgasté en un juego sin anhelo.
Anhelo marchito
Ah, si hubiera sabido que era el adiós postrero,
me hubiera aferrado a tus labios con desvelo,
grabando en mi ser, su sabor, su calor sincero,
un tesoro imborrable, un hechizo del cielo.
Vacío punzante
Hoy, la pena me asedia, tenaz y severa,
pues tu recuerdo, cual capullo marchito, me altera.
Solo me queda el vacío, la sombra efímera,
de un amor fugaz, espectro en mi noche incierta.
Espina en el corazón
¡Oh, beso fugaz, ofrenda efímera!
Te atesoré como un bien invaluable,
y te dejé ir cual susurro en la brisa ligera,
ignorando que eras un canto irreparable.
Remordimiento lacerante
Ahora solo vivo con el cruel lamento,
de no haber aprovechado ese fugaz encuentro,
que se clava en mi pecho cual afilada espina,
dejando una herida profunda, un tormento.
Ave errante
El dolor, ave errante, mi mente domina,
dejando un vacío que mi alma lastima.
¡Oh, beso traicionero, promesa fallida!
Te saboreé con prisa, sin pausa ni brío,
y ahora solo me queda la amarga partida,
un adiós sin palabras, un vacío sombrío.
Lección aprendida
Las lágrimas brotan como río sin cauce,
ahogando las palabras que nunca dijiste.
El silencio ensordecedor mi alma estremece,
y un futuro incierto mi corazón resiste.
Valorar lo fugaz
La lección aprendida, a costa del quebranto,
es valorar lo que se tiene, cual fugaz encanto.
La vida es un veloz vapor que se esfuma en el viento,
dejando solo el eco de un amor marchito, un lamento.
Esperanza renaciente
Mas el lamento no puede ser mi epitafio,
debo seguir adelante, con paso firme y audaz.
En la bruma del ayer se esconde un nuevo desafío,
la esperanza de un encuentro que sane mi malestar.
Hasta el nuevo encuentro
Adiós, amor fugaz, recuerdo que me hiere,
hasta que nuestros caminos vuelvan a converger.
En la búsqueda de un nuevo sol que me alumbre,
tu recuerdo será la brújula que me guíe al amanecer.
JTA.