Así es Dios y su hijo hecho a su imagen y semejanza,
intrínsicamente perversos,
es inexorable,
en todo tiempo y lugar,
las pocas excepciones,
¡qué final!
Se puede elegir vivir de espaldas,
en negación permanente,
como si se fuese feliz,
pero la muerte, las humillaciones,
los fracasos,
y las infinitas formas de caer
en el círculo de la desgracia
sin humildad acechan.
Uno se inventa sueños, fantasías,
todas quimeras rotas;
las pocas horas de serenidad
terminan exabruptamente,
la marea arrastra fuerte
al abismo.
Aceptar esta realidad,
es vital,
las arremetidas destrozan
hasta la mínima fibra de nuestro ser,
la cordura es abatida,
¿y quién nos puede decir
que existe al otro lado de la existencia
un Antidios todo poderoso
que invierte el sentido?
Y no es esa nada vacía que uno piensa que es.
====
* ¡Algunos señalan al arte como la salvadora!