Envuelve el alba un perfume a nardos…
con su irresistible bálsamo seductor.
Se abrigan los tejados de sol,
y en los caminos se trazan móviles sombras.
Se pintan de rocío los cristales de los ventanales,
y la mansa brisa, temprana… zarandea los ramajes.
El paisaje… afuera, vibra de emoción.
Se respira un ambiente distinto hoy...de apacible sensación.
El aroma a café inunda la estancia,
y en el catre de sábanas cándidas…
reposa su celestino perfil…
de inmaculada atracción,
ahí, con su traje de sensual transparencia…
desliza sus sueños de pasión.
La bella imagen reposa en su lecho…
y traza fantasías de dulce candor.
La señorial cortesana cautiva con su pereza,
la gentil princesa va desnudando su frágil corazón.
Tentador instante de inevitable contemplación,
sugestivo momento que me despoja de la razón.
Está de fiesta la hermosa dama,
el cielo pinta su mejor azul,
las rosas rojas visten con su traje en intenso bermellón…
adornando las huestes de todo el jardín.
Desde su morada…tras la persiana…observa el ejido,
y murmulla despacio su oración diaria,
se mira al espejo…
y a través de sus ojos…
abraza su alma con gran devoción.
Su mirada brillante de verde esperanza…
le transmite vida…
y emprende el camino…de un nuevo comienzo…llena de ilusión.