edwin toninho

martes

hay que salvar el martes

del descuido, de la monotonía y

del caos de nuestras preocupaciones

quizá no sea una fracción

una esquina o un puente

pero un segundo día y

puede ser una segunda oportunidad

no se merece ser abandonado

ni por afán ni por pereza

en la trivialidad de lo impermutable

 

ya sea un día soleado

lluvioso o un día nublado

hay que permitirle que brille

con su propio resplandor 

pues la realidad del martes

ruega por un poco de magia

algo de excepcionalidad

un fragmento de una canción

un extracto de un libro

un cuento a medio contar

sin principio y sin final

 

algo que podríamos utilizar

si alguna vez se nos acabaran

las cosas que decir y

ya no pudiéramos hablar

ni con los ojos, las manos

los brazos o el pecho desnudo

pero teniendo aún amor y tiempo

pudiéramos iniciar todo de nuevo

 

entonces

habremos rescatado algo

del hábito y la rutina

de reinventar el martes

sembrándole retoños

de realismo mágico