Juan Sebastian Mena

La chica de ojos claros

 

 

Pude yo haberte abrazado más aquella noche, dónde me di cuenta de tu reconfortante compañía y tus besos dulces como un bombón de chocolate. Yo, yo toque tu cuerpo como la cintura de una guitarra, te aferre a mis brazos en la impalpable noche que se iba y llevaba consigo el recuerdo de esa noche. Pude haberte amado, haberte querido si lo deseaba, tocaste mi pecho y me perdí entre tus ojos claros y profundos, con tu mirada estrecha y calmada, frunciendo tu mirada por la ceguera y tus labios besando mis cachetes fríos. 

Fuiste un espejismo, se iba lentamente la noche como nuestro primer beso, reías cada que oías mis palabras porque te causaban gracia, era para ti un joven inspirado que pudo haber besado la planta de tus pies. Fuiste sincera «Esto no irá más allá» decías con tu voz temblante, acurrucandóme con tus caricias, con tu prenda negra y tu cinturon de botones puntiagudos, tallando mi rostro con tu collar de perlas y mirándome con tus ojos fijos y claros. 

«No me mires, que me matas de amor, no me hables que me ilusionas de placer, no me busques que terminarás en brazos míos»