De mis cicatrices nacieron alas,
marcas de batallas pasadas,
heridas que sanaron con el tiempo
y me hicieron más fuerte, más valiente.
Con cada cicatriz una historia se relata,
cada marca un recuerdo que perdura,
cada dolor una lección aprendida,
cada lágrima un paso hacia la curación.
Mis alas están formadas por las cicatrices,
por las pruebas superadas con coraje,
por los momentos de oscuridad
que me hicieron encontrar mi luz interior.
Las heridas del pasado ya no duelen,
pues se han convertido en mis alas,
en mi fuerza, en mi motor para volar alto
y alcanzar mis sueños, sin miedo a caer.
De mis cicatrices nacieron alas,
y ahora vuelo libre, sin cadenas,
agradecida por cada marca en mi piel
que me recuerda que soy invencible.
“Serl”