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UN ÓRDAGO (*)

 Vayamos usted y yo, amigo Sancho,
por estos caminos del señor
que parecen totalmente abandonados
y hablemos un rato largo,
sobre aquello que es la vida
y de lo que nos pasará
para cuando ya el alma
 de nuestros cuerpos
se haya volatizado
y todo quede tal si fuera 
una especie 
de horrendo campo de batalla,
sin más simiente ni grano,
que mucho frío 
y prolongadas escarchas
en los inviernos largos;
el calor desesperante, 
en los veranos 
repletos de tábanos(1);
 hojas secas 
en los suelos su manto,
en los otoños
tristes y apagados;
y ya en las primaveras,
algunas florecillas
 de esas de antaño
con sus colores morados,
 tal amapolas (2)
que al cortarse pierden su encanto.
 
Y mira amigo Sancho,
 que aunque so soy
 hombre letrado,
se que lo mío es ir siempre
 caminando,
pues de esta forma la vida
sabe a todo aquello 
que vemos, oímos y tocamos
y si llegado el caso
 de este mundo nos fuéramos,
ya veremos 
lo que por esos 
nublados espacios
puede que nos pase, 
por haber sido venturosos
en socorrer a los pobres
y amar al pueblo mundano (3)
y con esto callo.
 
Mi Señor Don Quijote
al que sirvo desde antaño (4),
yo aprendí de la vida 
que lo que se han de comer
 los gusanos,
llegado el caso,
lo disfruten los cristianos (5),
por eso déjese de tonterías
y continuemos caminando,
que por ahí detrás zumbando
 viene una borrasca,
que si nos pilla nos dejará
 como uno de esos majanos (6),
desde donde vigilan  los búhos
para ver si la noche les trae algo.
 
Y por más decir, mi Señor,
le recuerdo, 
que entre la riqueza y la pobreza
hay tan sólo distancia
 un palmo,
que  se utiliza
 para marcarnos.
 
Así  que mientras usted 
disfruta caminando,
a la búsqueda de ser 
caballero nombrado,
yo todo esto lo hago
para dar de comer,
a quienes son de mi persona
la fortuna que más alabo.
 
Y le digo a usted, mi amo,
que no hay mujer
 que quiera 
a vil como yo criado,
que va por el mundo
escuchando,
las locuras de su amo,
siempre en la muerte pensando,
sin todavía haber alcanzado
estatus de hombre cabal,
capaz de cuidar 
de hacienda, casa y ganado.
 
Y siguieron por el camino ambos,
Don Quijote y Sancho,
un largo rato,
hasta que a la sombra 
de un frondoso castaño.
cerca de una fuentecilla,
allí los dos pararon.
Uno el mas alto,
para echar la siesta roncando
mientras el otro,
 el rechoncho (7), más bajo,
 para dar de comer 
a la borriquilla y al jamelgo (8), 
más secos que un sarmiento
después de haber sido podado.
 

(*) Órdago: El término órdago procede del vasco hor dago, que se traduce como “ahí está”. El concepto se emplea en el mus, un popular juego de cartas (naipes)

(1) Tábanos: Los tabánidos son una familia de insectos dípteros braquíceros comúnmente conocidos como tábanos. Se encuentran en todo el mundo a excepción de algunas islas y las regiones polares.

(2) Amapola: La amapola común o amapola silvestre, es una especie fanerógama del género Papaver, perteneciente a la familia Papaveraceae
 
(3) Pueblo mundano: ¿Qué es algo mundano? Lo mundano es, en un sentido literal, aquello que pertenece al mundo, a la realidad terrenal, en oposición a lo espiritual y lo elevado.
 
(4) Antaño: Año antepasado. También, ~ pasado.
 
(5) Lo que se han de comer los gusanos, que lo disfruten los cristianos. Es expresion que se usaba antiguamente entre algunas mujeres desbaratadas -dice Rodriguez Marin-, tan libres como liberales, cuando saben ser censuradas, y asi creen justificar su liberalidad. Hoy se sigue empleando como respuesta a una reprension motivada por un acto desvergonzado.
 
(6) Majano: Montón de cantos sueltos que se forma en las tierras de labor o en las encrucijadas y división de términos.
 
(7) Rechoncho: Dicho de una persona o de un animal: Grueso y de poca altura.
 
(8) Jamelgo: Rocín flaco