Vamos a seguir con este ritmo en el que nuestros cuerpos se coordinan para satisfacer su deseo carnal...
Dejarnos llevar por la adrenalina que nos lleva a hacer locuras, desfiguros, mientras inunda nuestras mentes de este maravilloso sentimiento de dulzura y ternura...
No podemos evitar esto que nace desde lo más profundo de nuestro ser, llevándonos a deleitarnos con intensidad el sabor de nuestros cuerpos, de las caricias, del jugo de tus labios, del néctar de tu entrepierna...
Sabés lo que me vuelve adicto a ti, así que no te detengas en hacerme tanta maldad dónde el ritmo de tus caderas se sincronicen con la melodía de tu boca, entre la oscuridad que nos acompañará hasta el final, mientras explotamos de placer...