Sonríele a la vida,
Sonríele a la muerte,
Que a veces son la misma,
Y necesitan tu sonrisa.
Pues si al cielo miras,
Recordando tu vida,
Hallarás momentos grises,
Que en el lecho de tu muerte,
Tal vez se tiñan.
Amarga es la vida,
Cuando esta te olvida y te ahoga en desdicha,
Dulce es la muerte,
Que jamás olvida y siempre te ofrecerá, dicho sea, su árido consuelo.
Sonríele a la vida,
Pues vivir incluye buenos y malos momentos,
Sonríele a la muerte,
Pues morir es también el fin de esos buenos y malos momentos.
Sonríe por dentro, aceptando el momento,
Sonríe de angustia, sonríe con locura,
Sonríe de tristeza, sonríe con amargura.
No mueras en vida, no vivas la muerte,
No les des la espalda cuando estén presentes,
Pues cada una es diferente,
Y si quieres que una reemplace a la otra,
Al menos sonríe y no desprecies a ninguna,
Que hacen lo que pueden, y aunque jamás sea suficiente,
Y aunque no siempre te correspondan con la sonrisa que quieres,
Sentirás paz cuando tu sonrisa en ellas se refleje.