jvnavarro

ECHANDO CUENTAS

 De mi no sale 
lo que yo no quiera,
no sale lo que yo no entienda,
no sale el conejo de la suerte
ni sale el capitán América,
no salen reflexiones
que atiborren de ideas inconexas
las estimadas cabezas
de quienes me leen mientras bostezan.
 
Por aquí solo sale
la luna siempre nueva,
los remiendos se dejan
para los pescadores de fortunas
y para los enamorados
que no saben llorar a las estrellas.
 
Por aquí soy yo
con el universo a cuestas,
soy el que otea,
el que escancia la sidra,
el que se merienda 
las tardes con tormentas.
 
Soy el que coge las aceitunas negras 
y al molino se las lleva,
soy el que se enamora
de un salto de agua,
pues le recuerda 
la cara feliz de una mujer
que se siente libre ella.
 
Yo soy el que les comenta,
el que se pasa de frenada,
el que a las siete de la mañana
ya está de vuelta,
yo soy, algunos me dicen poeta.
 
Yo solo se que 
soy un hombre
que lleva a la espalda un saco de letras,
soy el que cuando se acuesta
mira debajo la cama
no tengo por allí 
a alguien con ganas de dar la monserga.
 
Soy el abogado de los pobres
que no tienen más que dignidad
y entereza,
soy al que le gusta lamer los días
para cuando al corazón de un reloj
gime con fuerza.
 
Soy casi nada,
la ceniza que barría mi abuela,
el azadón de mi padre
que pesaba tanto como la pobreza,
soy el barbecho y la era,
el pozo de agua dulce
y las riendas 
de las poesías que conmigo 
letras siembran.
 
Soy el padre de mis 
hijos,
el abuelo de sus nietos,
el compañero de su compañera,
soy el primo y sobrino,
el amigo y jubilado
que a veces se deja abierta sin querer
la ventana de las ideas.
 
Soy un relicario,
casi un sermón de cuaresma,
 
¿ Qué  no soy,
que se sepa?  Un rayo de luz
al abrir una nevera.
 
A este poema le sobraba,
ahora que ya he echado
las consabidas cuentas,
lo de la nevera y el poeta
y con esto se cierra.