Mercedes Bou Ibáñez

Entre letras anda el juego

 

Entre letras anda el juego

Viendo unos versos un día
de la Eñe en un gran montón
la Equis dijo; ¡Ay, copón! 
¿Pero de qué va esta tía?
¡Si no tiene quien le ría¡
Y ahora piensa la idiota;
-Sin mí la vida está rota,
el día que yo la \"pete\",
el mundo se irá al garete,
caerá en la banca rota.

Igual piensa la muy pava
ella ser del verso impronta
y que si alguien la desmonta
el mundo seguro acaba.
¡Hay que ser tonta del haba
para pensar de este modo!
O quizás le falta yodo
o un buen apretón de tuerca
o bien que alguien a esa terca
le de un buen golpe de codo.

A una Ge dijo una Jota;
Odio a la Eñe, por pendeja,
dicen que tiene esa vieja
de versos toda una flota.
¡Pero si está calvorota
y usa siempre bisoñé!
Pues deje le diga qué;
añadió una e a su nombre, 
¡Sí, señor y no se asombre,
no quiso llamarse Ñe!

Así como usted es Ge
y con orgullo lo lleva,
recuerdo cuando era nueva
no quiso llamarse Ne.
Y tras ponerse la e 
también se compró un toldillo,
al que usted llamó flequillo
y mire por donde, leñe,
ahí empezó a llamarse Eñe,
a lucir y darse brillo.

Y tuvieron que llamar
mandar venir a una prima,
para poder tener rima
con alguna Ne al versar.
¡Otra más de armas tomar!
Dijo que solo venía
si a su nombre se añadía
como a su prima una e, 
menos mal que dijo qué;
que un toldillo no quería.

Y entonces saltó la Be;
Pues yo, que soy bien humilde,
de nunca quise una tilde
ni el añadirme otra e. 
No haré como lo hizo Fe
que por querer darse honor,
también se puso la flor
e delante pa´ ser Efe.
Y eso suena casi a jefe
al que le falta un hervor.

Una Eme nacida en Loja,
de pronto empezó a reír,
¡Y qué me vais a decir,
esa es mi prima la coja!
Que de siempre fue algo floja
y bastante presumida
y conmigo resentida
pues yo nací con la e, 
por envidia ella y la Le
se pusieron  e añadida.

También allí habló la Pe;
pues yo vivo bien a gusto,
por ser Pe no me disgusto
tampoco mi prima De.
Y nos da pena la E 
al ser por todas usada,
¡Hasta por Re fue tomada!
-Y pido perdón señores
me disculpen si hay errores
o si alguna fue olvidada.

Creo te olvidas de mí,
me dijo la Ce muy mohina,
perdona si soy cansina
pero quiero estar aquí.
Llamarme Ce decidí
que mi nombre no merece
y tampoco me apetece
que por ponerme una e; 
¿Qué le parece a \"usté\"
que alguien diga, \"ahí va ece\" 

¿Y conmigo que pasó
acaso es que yo no existo?
¡Ya basta de darse pisto,
que también existo yo.
Así la Te reclamó;
Nunca quise una e, ni siete,
que eso para mí era un brete.
Imagínese, mi hermano,
parecería el marciano,
ese al que le llaman ETE.

La chirigota ya cese,
¡yo también me lo cambié!
Dicen que dijo la Se,
¡Y ahora me llaman Ese!
Que nadie esto lo procese
que tan solo es una broma
que si la musa no asoma
en algo se pasa el rato
y mientras el tiempo mato
no me come la carcoma.

Y me olvidaba decir,
que dos su nombre doblaron,
entre ellas se lo acordaron;
acaso por presumir,
o quizás para servir
para perro con la Erre, 
la Elle para quien la erre 
y a sus ojos venga el llanto.
Y aquí termino este canto
que ya es caso que lo cierre.

Mercedes Bou Ibáñez