Andando en el misterio del recuerdo.
Jugando con amigos las canicas.
Entre mandados iba a las boticas.
Lejanos días, bien, que yo me acuerdo.
Caminaban bien los años sesenta.
Yo miraba a mis padres muy contentos.
Trabajadores y en sus pensamientos,
pensaban que yo no me daba cuenta.
Un rayito de sol, por la mañana.
Le cantaba mi padre, así a mí madre.
Se filtra en el cristal de tu ventana.
Después, versos, recitaba mi padre.
¡Tú, el todo, yo la nada! en voz liviana.
Muy envidiosa, oía, ¡ la comadre!
Momentos muy bellos de poesía.
Sin saberlo, ya la raíz traía.
Dr. Salvador Santoyo Sánchez.
3/06/2024.