Te lo dije, no salgas a la calle,
tú como siempre me dijiste
que yo no era el dueño de tu
vida, solo éramos pareja y podía
hacer lo que te daban ganas.
Me quedé cayado porque no
quería entrar en palabras o enojo,
ahora vienes que resuelva tu
problema; haya tú porque cuántas
veces te saqué de esos líos.
Hoy te saliste de juicio, yo no
puedo ayudarte, llama a tus
amigos con quién me hacías
fiero; lo lamento aunque te amé,
y sé que voy a sufrir, pero me voy
a levantar y tu mal proceder
lo pagará, porque no escuchaste
consejo de quién cuidó de ti,
porque te amaba.