Después de aquel encuentro,
dónde mi alma enamorada,
quedó prendada de sus
ignotos y agitados besos,
tan cálidos, como un sol mañanero
azotando las arenas
desnudas de un desierto,
sentí en mi interior
los vórtices ardientes de su ser,
que fueron esa fuente maravillosa,
de donde brotaron mis deseos,
mientras llenabas mis nacientes
cimientos de recuerdos amorosos,
abonados por su amor y sus destellos eróticos.
En mi frente tremola
sus caricias nostálgicas,
a veces encendidas de miedos,
herraron...dulcemente
en mi piel, sus impulsos,
y sus labios inmarcesibles
dejaron en mí, las fragancias
que me hicieron sucumbir a su juego.
Donde está ahora mi dulce doncella?
desespero en su ausencia,
en esta solitaria prisión de mi mente,
y más allá de mis miedos de perderla,
estoy esperanzado,
cómo si fuera un sueño consciente,
en recobrar sus caricias de ayer...
pensando en sus besos,
…aguardare su regreso,
aunque muera en el tiempo.