La razón de mi ser es el aire vertical que llevó el espermatozoide al óvulo, donde nació la primera nota del canto sangriento de mi corazón.
Mi conciencia es la chispa que el aire produce cuando toca los objetos de percepción.
La vida que he vivido y el amor que he dado están hechos del aire que me arrulla como una mujer con su vientre en la madrugada de mi sueño.
El aire recogerá los sentimientos y las lágrimas que perdí cuando era niño y los devolverá a mi memoria como un regalo antes de que yo muera.
Mi vida se irá lejos, flotando como una molécula consciente que surgió de la nada o como un poema sin letras en una hoja de aire.