José Luis Barrientos León

Bajo el cielo que habito

 

Hay tanto cielo sobre mí.

Soles y vientos,

como palabras que conmueven mis sombras,

nubes jubilosas que incitan el pensamiento,

abandonando mi nombre en el suelo,

inerte, desolado.

 

Lluvias y rayos,

perforando con su pureza mis entrañas,

imágenes de astros que alucinan sobre mi cabeza,

despedazándose en mi frente,

para convertirse en sueños, transparentes, sublimes.

 

Soledad e inmensidades

que fecundan mis venas con el coraje y el ímpetu,

para vencer la ceguera.

Un universo fulgurante

de estrellas huérfanas con avidez de luz

que marcan caminos y ahuyentan las sombras

 

Pájaros divinales, celestes

como ángeles de paz derramando quietud

aleteando sobre el hombre y la tierra

hasta convertir el verbo en gracia

y la palabra en canto

 

Finito el hombre en la infinidad del cielo

Finito el sonido en la infinidad del silencio

Finita la mirada en la infinidad del firmamento

Finita la vida en la infinidad de la existencia