¿Estás ahí alma mía,
Aherrojada en un tú difundo farol?
Esperaré con fe que el viento no empuñe por inclemente tus cenizas de amor turbulento.
Alma mía, quiero ser alma tuya…
Se que mi palabras para ti, son las alas de Icaro descansando en la orilla.
Más, quiero ser tú guije en el remanso de tu luna, y aún, en noches tenebres poder besarte en la laguna.