Llama viva
En tu mirada, fuego que me enciende,
llama viva que mi alma consume,
torrente impetuoso que me sorprende,
luz radiante que mi ser perfuma.
Cántico de amor que mi voz entona,
melodía que mi corazón resuena.
Lobo cautivo en tu red
Lobo cautivo en tu red, rendido,
en la miel de tu mirada me pierdo,
extasiado por tu aroma florido,
vivo en la danza de tu universo.
Sinfonía celestial en tus palabras
Tus palabras, brisa celestial,
acarician mis oídos con ternura,
susurros de pasión sin igual,
promesas de un futuro de locura.
En tus ojos, cosmos me sumerjo
En tus ojos, cosmos me sumerjo,
galaxias de pasión que me atraen,
estrellas que en mis sueños emergen,
constelaciones de anhelos que aún duermen.
Danza eterna de dos corazones
En un vals de amor sin fin ni medida,
nuestras almas se funden en uno,
dos corazones que laten sin pausa,
en una danza de pasión sin fondo.
Eternamente tuyo, en un lazo irrompible
Soy tuyo, y tú eres mía, en un lazo,
irrompible, sin ataduras ni cadenas,
un amor que desafía el abrazo
frío de la muerte, sin penas.
Eternidad en un abrazo que el tiempo no borra
En la eternidad del amor nos fundimos,
en un abrazo que el tiempo no borra,
un amor que trasciende lo vivido,
un sentimiento que la muerte ignora.
Gracias a ti, mujer, por mi existir
Gracias a ti, mujer, por mi existir,
por honrar mi existencia con tu luz,
maravillosa y única criatura,
más bella y necesaria que la cruz.
JTA.