Camino por un sendero incierto
Quemando mis sueños
Y sin dejar huella atrás.
El tiempo anida en la memoria,
Alentando todas las voces,
Mientras el roce de los reproches,
De aquellos que escucho tras de mí,
Van presionando anhelos
En un ritual de adioses y versos.
Así, se va armando un esqueleto,
Llenos de aspaviento y soledad;
Un haz de luz que no obedece
Las razones de esta época,
Alterando las lógicas paradójicas
Con una nostalgia recargada de objetos.
Siempre estoy con una inquietud,
Que sugiere un momento de tristeza,
Instantes que copan las honduras del alma,
En una vocación de poeta maltrecho.
Al final, las metáforas se van fundando,
En un fugaz sueño de amor,
Que cumple e inunda el espacio,
Con los más sencillos besos.