Alberto Escobar

Todo, todo y todo...

 

Historia est 
magistra vitae. 

 

 


Todo.
Arena es todo,
agujas que se rompen,
todo, manantial 
que se seca, todo,
rincón que se achaflana,
todo, orgía y acción, 
seducción y deseo, todo,
rompiente y moliente,
destino e itinerario, diario,
secuencia y morfema,
todo, y todo se desvanece
por el cascarón biconvexo
de la oportunidad, el tiempo,
todo, la pestaña que cae, todo,
la limonada que pierde fuerza,
todo, todo, la región de tu alma
que sucumbe a la envestida, todo,
el desierto cuando se enfría, todo,
las dunas al fondo de una playa
con daiquiris y guitarra, todo, y eso
fue lo que dejé en mi taquilla, todo,
y me fui desnudo a la calle, y la gente,
atónita, todo, me miraba con extrañeza,
con los dos signos de interrogación, uno
a cada lado de la cara, en la sonrosidad
de unas mejillas que no darán abasto 
con tanto flujo sanguíneo, todo, y lo demás
es silencio, y el silencio materia oscura, todo,
y el resto del universo conspirando, todo,
contra todo lo que se menea y la culpa, todo,
la tiene el gobierno, y todos los que chupan
del bote, todo, se hacen las víctimas ante
la solidez de una hipoteca comercializada
por un banco subvencionado, favorecido,
alimentado y sustentado por las cúpulas 
de un partido que sueña con hacer de esas
cuatro paredes su casa, una Moncloa yerma,
todo, y todo por la patria, y nada por quienes
dotan de sangre a cada trozo de su geografía....
Todo un sinsentido, todo.