Carlos Justino Caballero

BENTEVEO

Conocí un poema bello

que cantaba al desvarío

de obsesión de una calandria.

 

Y supe en otro poema

de un benteveo en amores

que en el viento se alegraba.

 

Hoy ha vuelto el benteveo

solo, sin su pareja,

y al igual que la calandria

se descubre en el reflejo

del cristal de mi ventana.

Con el mismo brillo negro

de sus negros ojos locos

se picotea y se mira

en la imagen del espejo.

 

Tal vez cree en su locura

que lo busca su entrañable

compañera de los vientos.

Y quizás al no encontrarla

vaya a buscar la calandria,

la calandria que solita

se miraba en otro espejo. 

 

 

De mi libro “Soles y de escarchas “. 2004 ISBN 987-9415-17-5