Hímero

Mi putita

Lujuria es el nombre

justo a su medida,

provoca la guerra

de miles de pobres

y nada le deja,

tan sólo tinieblas.

Camina despacio

y se burla del hombre.

Pues sépalo usted,

mi pequeña putita,

que no soy un hombre

callado y sereno.

No soy caballero

y usted no es la dama.

Esto lo arreglamos

los dos en la cama.

Haré que supliques

por más cada noche

gimiendo y gimiendo

llamando mi nombre

hasta que conozca

al verdadero hombre.