Sentirse vivo duele,
olvidarse de uno mismo
sería el camino y el fin.
Duelen las heridas, la soledad,
la toma de conciencia, el amor,
el sentir el paso del tiempo, ...
Vivir en estado de alerta es un martirio,
eso exigen las guerras, los desastres, ...
El detenerse a pensar es,
amargo, un sufrimiento,
como desentrañar realidades.
Ir distraído por el mundo,
cualquiera sea el momento y lugar,
sería el norte, la esperanza,
la flor de las mil fragancias.
La lucidez permanente es un tormento.
La mayor aspiración
sería estar vacío de deseos,
de ambiciones, de poseer, ...
Los instintos son el recuerdo
impreso de esta clarividencia,
huellas indelebles de la tortura.
Hoy la humanidad tiene
inmensos medios para
mantenerte \"vivo\".
Ring, ring, ring, ...