Embriagado con el néctar de tus labios,
me sumerjo en un mar de dulce pasión,
donde cada beso es como un devoto sagrado
que me lleva a la cúspide de la tentación.
Tus labios son el elixir que me embriaga,
una droga que me hace perder la razón,
cada caricia es como una llama que me apaga,
un fuego que consume mi corazón.
En cada beso encuentro la eternidad,
en cada suspiro siento la inmensidad,
embriagado con el nectar de tus labios,
mi alma se pierde en la profundidad.
Eres el elixir que alimenta mi ser,
la droga que me hace enloquecer,
embriagado con el nectar de tus labios,
navego en un mar de placer…
“Serl”