Mírame sin temor al rechazo,
como de tus ojos un guiño,
recibe mi corazón un flechazo
como suspiro ingenuo de niño.
Mírame como Sol mira la Luna;
su reflejo es fuego en pupila
de colores de rosas y de lila;
que me miren es una fortuna.
Mírame con aliento y anhelo;
y compartir el etéreo fuego
que sube y sube mi ego.
Mírame para acallar el deseo
del fuego converso en hoguera;
arranca la vid hasta que muera.