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... II

En la penumbra de la noche danzan nuestras sombras, cuerpos que se funden en la pasión y se abrazan sin demora. Tu piel es fuego que encienden mi deseo, mientras tus susurros despiertan en mi un maremoto de anhelos.

Mis manos exploran cada recoveco de tu ser, descubriendo secretos ocultos que solo yo quiero conocer. En la danza eterna de la lujuria y el fervor, nos perdemos en el éxtasis de esta noche sin fin, sin temor

Tus labios son la puerta a un universo de sensaciones, un laberinto de placeres y tentaciones. El susurro de tu aliento en mi oído me estremece, y en la vorágine de tu abrazo, mi ser en el tuyo florece

En cada roce, en cada gemido, en cada suspiro compartido, se entrelazan nuestras almas en un baile sin sentido. En el éxtasis de amor y pasión desenfrenada, encontramos la eternidad de una sola mirada.