Ivette Urroz

La epidermis púrpura

¿Por qué la epidermis púrpura del manto rebosante

no envuelve el Partenón estrellado de mis reliquias

benevolentemente?

Mis huesos calcáreos cercenados de vientos clandestinos,

su gis aún firme en lontananza circularmente hacia la

alienación de una brújula mamífera.

¿por qué ante manos insaciables se

derriban islas en las entrañas?

¿por qué ante semblantes marmotas se desvanecen

en el furor letárgico de sus pensamientos

de junio endiosado?

¡Monarquía soberana de retornos cerebrales!

con el perdón de zurcir incomprensiblemente

en la penumbra de mi templo sombrío arrebujado

de briza seminal, y ahora su incomprensión de nudo

dantesco cabalgando en nombre de Don Quijote de

La Mancha, hasta la desnuda distracción incidental al,

boceto indefenso de perturbaciones amaestradas.

¡Oh derrotas narcisistas cayendo en el torso parvulario!

¿Qué más quieres vestir mi alma con el plumaje

moribundo del mundo hasta agotarla insaciable

de sus noches oscuras de blanco desamor?