Melancolía II.
El dolor aqueja y más que el del cuerpo es el del alma que más afecta.
Las pastillas calman un dolor físico de años, las inyecciones son un momento que evitan aumento. El hueso roto y la migraña dejan a este ser humano más que muerto en una cama, aun así esas pastillas dan un poco de sosiego a este dilema de seguir viva.
El del corazón ya sin sentimientos es solo una válvula que emite un palpitar dejando que la sangre fluya libre por el cuerpo, pero este sin ese amor que la cultivó desde niña y que estuvo tan presente en la adultez, se ha ido destruyendo desde ese mismo momento en que se escuchó que ya no estaba su respirar en la casa.
Se ha muerto ella, su risa, su gran alegría aún en los pésimos momentos, ya no está presente y solo ha quedado ese vacío en medio del alma que dice “no volverá”.
¡Ella se fue…! Y yo también me he ido al mundo del sortilegio en que me saca a diario la carta que dice si río o lloro, si vivo o muero, pero ¿a causa de qué ?
El dolor físico, el exceso de pastillas o el dolor de su ausencia.
Anna.
Junio 8. 2024.
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