RICARDO V

Agua fresca sobre flor hecha relente

No hay secretos en el agua transparente

de fontanas, de los ríos, de las lágrimas,

y debiéramos velar por nuestras ánimas

con esa agua para hacernos más decentes.

 

Agua fresca que es y forma la corriente

tras tormentas con la lluvia acompañante

derramando su pureza desafiante

y dejando sus sonidos inocentes.

 

Las heridas de la tierra son el germen

dador del fluido vital de sus entrañas

y vestimos su belleza campechana

construyéndole embalses, diques y puentes.

 

El agua es vida de pasado y presente

y existe empeño en que no tenga futuro

porque el hombre, jefe y dueño de este mundo,

a las leyes naturales no se aviene.

 

El mar llora, como cualquier ser viviente,

y se queja de los tratos recibidos

por quien piensa que esto es un juego de niños

y se acuesta entre egoísmo y después duerme.

 

Nuestro barco sigue el rumbo hacia poniente

con deriva de naufragio adelantado

porque somos incapaces de amoldarnos

a ser agua cristalina de las fuentes.

 

Agua fresca sobre flor hecha relente,

agua sucia de cloaca pestilente,

esas son las dos opciones que nos vienen

y esperemos elegir la conveniente.