Acá, donde hubo una herida,
palpita, vivo, mi corazón,
he sanado.
Pero hablar de sanar es hablar de dolor,
ciertamente vivir, duele,
y también duele ver derrumbarse;
la fe,
la esperanza,
el valor,
el amor,
el respeto,
la vida.
Y sin embargo,
todo pasa, todo enseña,
la vida renace,
el respeto se rescata,
el amor ajusta sus cargas,
el valor se recupera,
la esperanza se renueva
y la fe vuelve a mover montañas.
Acá, donde hubo una herida,
palpita, vivo, mi corazón.
Alexander Elías2024
#SerEscritura