Desde que te conocí -Rosita-,
de mi pensamiento, no he podido sacarte;
por mas que quiero olvidarte,
cada día más, mi alma te necesita.
No puedo estar un día sin verte,
por que no encuentro tranquilidad,
de mi vida te has vuelto necesidad,
por que he comenzado a quererte.
Cuando te hablo, enmudeces
y te pones temblorosa,
pero eres siempre la rosa,
<<que en el jardín de mi corazón florece>>.
Aunque floreces en mi corazón;
viene otro y te arranca,
yo quisiera ser la tranca
en el jardín de la ilusión.