MIRADAS
Ciertamente que es ocioso
atormentar a los ojos
con recuerdos,
tal vez se llenen de llanto
al sentirnos olvidados
en el tiempo;
o con sueños anhelar
lo que fue y ya no será
voz sin eco,
ante un grito desolado
que se aferra a que un milagro
traiga el viento.
O conservar la ilusión
de convertir en perenne
la brisa que da la fuente
a la que llaman amor.
Y ver que crece la flor
bañada por el rocío,
sin tener el alma en vilo
de que se pueda secar,
porque teniendo humedad
en los ojos habrá brillo.
Por tal la dicha depende
o la hacemos depender
de qué nos puede ofrecer
quien invade nuestra mente,
si se muestra indiferente
o nos mira con desdén
al presente lo hará ayer
con sus palabras hirientes.
Ya mis ojos han llorado
por quien no lo merecía,
pero también me han amado
y a sus ojos lastimados
los dejé... por cobardía.
…