Matias 01

Diario (10 junio 2024)

Tu rostro sobre mí otra vez, tus manos

otra vez, 

arrastrándome, con todos mis muros,

con todos mis árboles quemados

y tus ojos cada vez más adentro

como un par de piedras sobre los cristales

de mi corazón.

 

¿Qué puedo decir? Siempre termino lamiendo

su cuerpo y su vientre en llamas.

Siempre termino rompiendo ese frasco

entre sus pies desnudos

y buscando la manera de durar

doscientas veces más,

como una bestia, la que uno lleva encima.

 

¡Bendita seas, muchacha de abril,

de finísimos labios, hacia donde van los aires

de mi boca! 

Benditas las noches cuando tus piernas

se abren como nocturnas rosas

aromando todo, hasta el amanecer.