Lo mismo que la venus de Ticiano
un día apareciste por mi vida;
brillando con la luz mas encendida
que pueda poseer un ser humano.
Sintiendo lo sedoso de tu mano
voló mi inspiración de amor henchida;
buscando la palabra colorida
que pinte tu portento parnasiano.
Mirando de tu imagen su diseño
con esa sutileza de amapolas;
tembló mi corazón tan zahareño
sintiendo de pasión febriles olas;
que hacían que naciera dulce empeño
d\' estar acurrucado en tus corolas.
Autor: Aníbal Rodríguez