Hashem Fajardo

La oveja

Cómo le explico a la esperanza que, en mí, todavía descansa el niño

Abrazando un peluche disfrazado de oveja

Atendiendo a sus blancas praderas que le ruegan por cariño

Mientras las nupcias rotas se hacen viejas.

 

Calidez reside en el que estudia la mente

Dándome de la inocencia la definición.

La que regala bocados como un beso en la frente

Dejando que lo espante el viento de su imaginación.

 

Ovejita que se escabulle entre los miedos,

De esos que solo la almohada tiene derecho a conocer.

Sin tiempo ella es capaz de contar

Lo que ocho años no son capaces de asimilar.

 

Ovejita que se coló entre mi museo

Haciendo que, noche a noche, el sueño tocara la puerta

Compartiendo abrazos con sus pezuñas de crema

Y con su dulce lana como una cobija.

 

Ovejita, recuerdo que el tiempo casi se nos agota

Porque treinta días te trataron como un libro por devolver.

Aun disfruto la miel que de un corazón brota

Probando lo que cinco noventas pueden conceder.

 

Ovejita, que distrae la guerra

Que adula a las sábanas y permite que dormir sea mejor.

Ahora solo vive en el reflejo, ovejita guardada.

Gracias por ayudarme a no ver un año lleno de dolor.